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El niño de la bota
Esta simpática escultura, que durante décadas ha estado presente en la vida de los cantevistas, hizo su primera aparición el 15 de julio de 1925 en Cuba y es debido a que en aquellos años esta pieza de bronce fue seleccionada y adquirida a una casa de ornamentos, para ser transportada a la ciudad de Santa Clara, en el marco de la conmemoración del aniversario del Parque Leoncio Vidal, ubicado en esa ciudad. Muchas historias se cuentan acerca de qué inspiró la imagen de El niño de la bota.
Se dice, por ejemplo, que el infante que sirvió de modelo para esta escultura era un niño limpiabotas quien recurrentemente iba a la estación de ferrocarril de la Habana; o bien se trata de un niño que jugaba con sus zapatitos y uno de ellos se le rompió en un lozadal, entre otras versiones.
Aunque la más creíble dice que retrata a uno de los niños que solían acompañar a los ejércitos en las guerras del siglo XIX, como eran los tamborileros, quienes solían llevar agua a los soldados.
Con el paso del tiempo esta obra fue replicada en otros 22 ejemplares, uno de los cuales llegó a la primera sede de Cantv ubicada en la Esquina la Gorda, en Caracas, en los años treinta del pasado siglo, si bien algunos investigadores y cronistas afirman que esta obra llegó a Venezuela mucho antes, en 1883.
Existiendo tantas versiones sobre cuál es su procedencia original, lo cierto es que hoy en día esta pieza de bronce, tan característica y llamativa, es parte fundamental de la historia de Cantv y a su vez, del conjunto de obras de arte que se conjugan entre sí y forman parte de la arquitectura del Centro Nacional de Telecomunicaciones, sede principal de la Empresa en la Av. Libertador del Distrito Capital.
